El reto
Una empresa del rubro cosmético estaba enfrentando un problema directo en su operación diaria: su almacén no contaba con la infraestructura adecuada. Eso se traducía en tres consecuencias visibles dentro del espacio de trabajo: pérdida de espacio útil, menor seguridad y caída en la productividad. Todo por la forma en que se estaban almacenando los productos.
La solución
Ante ese escenario, la empresa confió en nosotros para rediseñar su sistema de almacenamiento, y la solución —como explica Romel— fue implementar un sistema de miniracks para picking, desarrollado específicamente para ajustarse a su operación.
¿Por qué miniracks?
Porque el cliente maneja cargas de aproximadamente 300 kilogramos por nivel. Eso exige una estructura capaz de soportar peso de forma segura, ordenada y accesible.
Los miniracks responden directamente a esa necesidad operativa: permiten almacenar producto por niveles, mantenerlo identificado de forma clara y acceder a cada unidad de manera rápida.
Romel detalla las características técnicas del sistema instalado:
- Estructuras de 3 metros de altura.
- 4 niveles de carga por módulo.
- Niveles equipados con tableros metálicos.
- Capacidad de entre 300 y 400 kilogramos por nivel.
Estas especificaciones no son decorativas. Cada medida y cada componente están alineados con cómo el cliente mueve, guarda y repone producto.
Otro punto importante del proyecto fue el acabado. Toda la instalación se fabricó en un color especial, un rojo brillante solicitado por el propio cliente. Este detalle no es solo estético: responde a un requerimiento directo del usuario final, lo que refuerza que la solución fue trabajada a medida.
Además, la ingeniería se desarrolló en función de las condiciones reales del almacén. Cada estructura fue adaptada a las columnas existentes, aprovechando el espacio disponible sin perder capacidad de almacenamiento en zonas con apoyos o esquinas.
En otras palabras, no se instaló solo un sistema de carga por niveles: se diseñó un layout funcional dentro de las limitaciones físicas del lugar.
El resultado
El almacén deja de ser un espacio saturado y se convierte en un sistema donde cada producto tiene lugar, acceso y soporte adecuado. Y eso no solo mejora cómo se ve: mejora cuánto cuesta operar.
Romel lo dice con claridad al cierre del video: orden, limpieza y almacenamiento se traducen en costos. Controlar mejor el almacenaje es, en última instancia, dinero.